Por: Nalleli Patricia Falcón Álvarez
Omar Martínez Legorreta, quien fue embajador de México ante China a partir del año de 1975 al año de 1978 compartió en entrevista algo de lo que fue su experiencia como representante de México en aquel país oriental.
Cabe señalar que fungió en un tiempo como director del Centro de Investigación de la Cuenca del Pacífico de la Universidad de Colima. Actualmente se encuentra trabajando en el Colegio Mexiquense, elaborando sus proyectos escritos de manera más libre.
Primeros contactos con China
Corría el año de 1971 y el entonces Presidente de la República Mexicana Luis Echeverría invitó al director del Centro de Estudios de Asia y África y a Omar Martínez Legorreta, quien fungía como Secretario General de dicho Centro, a que lo acompañaran a la Asamblea General de Naciones Unidas en donde pronunciaría un discurso muy importante de apoyo y de solicitud de reconocimiento hacia China. En esta ocasión el tema principal era el reconocimiento de la República Popular de China como la legitima representante del pueblo chino, y como tal estaba peleando su lugar en la Asamblea General y en dentro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Omar Martínez señaló que en este viaje, ya en el avión el Presidente tuvo la delicadeza de acercarse a él y al Director del Centro a preguntarles su opinión ante la postura que estaba él tomando al pronunciar dicho discurso de apoyo a China, a lo que le respondieron “Señor Presidente es un gran acierto”.
Años después en 1975 durante un viaje que realizó alrededor del mundo junto con otros colegas, en el que buscaban difundir a México como sede del Congreso Internacional de Orientalistas (que se llevaría a cabo por primera vez en un país latinoamericano, por primera vez en México y al que se le cambió el nombre a “Congreso Internacional de Ciencias Humanas en Asia y África”), fue que llegó a China, ocasión que consideró sería la primera y única vez que estaría en suelo chino, sin pensar el nombramiento que le esperaba meses después.
Nombramiento como embajador
Ya en el puesto de Director del Centro de Estudios de Asia y África, el Doctor Omar Martínez preparó un año sabático que se dispuso pasar en Japón. Fue aquí en donde tuvo la oportunidad de viajar de nuevo en compañía del Presidente de la República, quien estaba realizando su primera visita de Estado a Japón, que en ese entonces era lo que ahora es China “la estrella ascendente” debido a la recuperación económica que vivió.
“Regresé yo de mi sabático y me mandaron al Centro de Estudios de Asia y África, en eso estaba cuando se me dio la gran oportunidad de ser el embajador de México en la República Popular de China a partir de noviembre de 1975”.
El investigador admitió que fue dando brincos importantes en su carrera, pero que esto fue acompañado de la preparación académica que ha recibido: se recibió de Licenciado en Relaciones Diplomáticas (ahora llamado Licenciatura en Relaciones Exteriores), estudió su postgrado en Estados Unidos en lo que es su área de especialidad “el Este de Asia”, tomó cursos intensivos de japonés en México y cursó un semestre en el Centro de Estudios Chinos en la Universidad de California. Además había representado a México ante la UNESCO. Toda la anterior preparación fue con el objetivo de pertenecer al Servicio Exterior de México.
Estadía en China
El momento en el que llegó a China lo define como de suma importancia para el mismo país como para el mundo en sí. Fue en la década de los 70’s cuando China comenzó un proceso de apertura de relaciones diplomáticas con países latinoamericanos, además de que enfrentó un proceso político interno bastante complejo.
“Cuando llegué a China, se estaba viviendo una etapa de campaña política interna, la guerra entre la banda de los cuatro que encabezaba la esposa del Presidente Mao Zedong y por el otro lado Deng Xiaoping. Fue interesantísimo ser testigo de esta campaña en contra de este personaje (Deng Xiaoping)”.
En los primeros meses de 1976 murió el Primer Ministro Zhou Enlai a quien Omar Martínez describe como “una figura muy importante, arquitecto de la reaparición de China a nivel internacional, de sus relaciones internacionales; era un hombre que había estudiado en el extranjero, estudió en Francia.” Esto último lo pone como una característica sumamente importante pues el haberse preparado fuera de China según palabras de Omar Martínez le sirvió a Zhou Enlai para tener una mejor perspectiva de que era lo que necesitaba su país.
Meses después, en septiembre de ese mismo año fue que muere otra figura importante de la historia del país oriental, Mao Zedong. “Estábamos preparando la fiesta nacional de México, me encontraba en una reunión con mi personal, nos informan de que murió el presidente Mao en la madrugada de ese 9, por supuesto que ya no hicimos nada de recepción y nos preparamos para los funerales”, comentó el entonces embajador.
Un par de anécdotas
En su primera visita ya como Embajador a la Universidad de Pekín esperaba encontrarse con un viejo conocido, el Rector de dicha Universidad un físico muy renombrado a nivel internacional.
“Pido la cita, se me concede, y cuando llego allá me recibe oficialmente el Presidente del Comité Revolucionario de la Universidad de Pekín. La plática giró entorno a lo que se estaba haciendo en la Universidad para derrocar al viento derechista, y el Rector calladito, nunca dijo una sola palabra”. Años después se volvieron a encontrar y fue ahí en donde Omar Martínez vio a la persona que él había conocido antes: un hombre encantador, abierto, simpático y sobretodo conversador. Le cuestionó sobre aquel encuentro a lo que el Rector le contestó: “¡Embajador yo no podía hablar!”
Otra anécdota que recuerda es la ocasión en que tuvo la oportunidad de conocer a este personaje tan importante, Deng Xiaoping Viceprimer Ministro de China. Ocurrió que en ese entonces se encontraba un equipo de futbol mexicano en tierras orientales para disputar un partido de sentido amistoso. Dicho evento fue notificado al doctor Omar Martínez a tan sólo unas cuantas horas de que se llevara a cabo, “estaba muy enojado por dentro porque no había recibido ningún tipo de información hasta ese momento, pero escuchando muy atento la invitación”, dijo.
Al llegar al lugar le informaron que el señor Deng Xiaoping ya había conversado con los otros representantes latinoamericanos, lo que causó más molestia en el Embajador mexicano, quien solicitó sus minutos para poder conversar con el Viceprimer Ministro o se negaba a presenciar el partido.
“Me presentaron con él y charlamos, me dijo Embajador creo que el futbol es un deporte nacional en México, se puede decir que sí, contesté. Y yo le pregunté, señor Viceprimer Ministro cuál es el deporte nacional en China; y contesta no creo que haya uno, lo contradije con mucho respeto: señor Viceprimer Ministro yo creo que sí, las cartas. Lo cual ocasionó carcajadas entre los ahí presentes, por una razón en especial y es que él era un gran jugador de bridge”. Platicó con notable emoción.
Para finalizar
Al final de la plática se le cuestionó acerca del notable crecimiento económico que ha experimentado en los últimos años la República Popular de China, a lo cual contestó que era un cambio que él ya venía venir, pues en los años que vivió en este país fue testigo de todo el esfuerzo invertido para hacer de China lo que es hoy. “Después de que resurge Deng Xiaoping en 1978, se proclaman las cuatro modernizaciones, cambios en la china en los aspectos en que se era débil: tecnificación de la agricultura, modernizar la industria, reestructurar el ejercito, es decir, ser capaces de defender el territorio para poder ser una potencia, y por último la ciencia y tecnología, la revolución de la educación superior”, finalizó.
Entrevista publicada en El Suplemento Andante dentro del periódico el Comentario el 13 de noviembre de 2009
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