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viernes, 16 de septiembre de 2011

Violencia en el noviazgo, amor con golpes

Nalleli Patricia Falcón Álvarez

“No sé bien en que momento las cosas dejaron de ser agradables, en qué momento deje de sentirme bien conmigo misma y con la relación, en qué momento deje de ser feliz, o tal vez si sé en qué momento pero lo ignoré porque pensaba que era normal y qué en algún momento pasaría”, relata Susana, mientras hace una pausa, internándose, tal vez, de nuevo en sus recuerdos.
“Había ocasiones en las que me hacía sentir tan culpable, tan poca cosa, tan tonta (…) debo decirte que nunca me pegó, todo fue de acá y de acá, -dice al mismo tiempo que se toca el pecho del lado derecho y después la parte superior izquierda de su cabeza- (...) llegó un momento en el que todo lo que hacía o decía, estaba condicionado por la reacción que él tendría, y es que fueron casi tres años de novios, que me resistía a perderlo… ”.
Martha Lucia Flores Ochoa psicóloga y terapeuta en el Centro de Apoyo a la Mujer (CAM), señala que situaciones como la anteriormente descrita, son muy frecuentes entre las adolescente y jóvenes, y para las cuales existe un nombre: violencia en el noviazgo.
“La violencia en el noviazgo, nosotros la manejamos igual como manejaríamos la violencia doméstica que se da en mujeres adultas, sabemos que tiene un cargo emocional extra porque es el noviazgo la etapa bonita para encontrar una pareja, esa etapa del enamoramiento en la que encuentras a alguien con quien quieres compartir el resto de tu vida”, agregó Flores Ochoa.
Indicó que todo parte de la cultura de la violencia en donde, dijo, existe esa desigualdad e inequidad en las relaciones; en la que se considera al hombre como el que tiene el poder. Así que muchas veces los jóvenes agresores y agredidos vienen del seno de esta cultura violenta.
“En la que las hijas pueden ver que la mamá no tiene poder de opinión, ella no sabe resolver los conflictos en la familia, sólo hay gritos, humillaciones, golpes; entonces esta mujer va aprendiendo que esa es la forma correcta o normal de amar. Igual el jovencito que ve que en su casa a papá tratar a mamá de esa manera, entonces lo ve como algo común, que él puede también tener una relaciona así”, añadió.

SIGNOS A IDENTIFICAR
Flores Ochoa detalló que las situaciones más frecuentes que se presentan en una relación de noviazgo que vive violencia son, “sobretodo el control, por ejemplo las llamadas al celular: quién te llamó, esos mensajitos de quién son, le llaman a cada rato (dónde estás, que estás haciendo, por qué no me contestaste al minuto que yo te mande el mensaje); control en el vestir (no me gusta que te pongas esas faldas o vestido, porque luego te voltean a ver, y yo te quiero mucho por eso te digo eso); control de las amistades (no salgas con ellas porque son mala influencia, te vas con ellas y te olvidas de mí)”.
Abundó que el agresor suele alejar a la joven de sus círculos sociales, ocupando el tiempo disponible de ellas, lo que los hace sentirse como lo más importante. Pero reiteró que, el tener una relación de pareja no significa que tenga que renunciar a todo, “sino que tienes que hacer un espacio para esta nueva persona que entra en tu vida, pero también el espacio para todo lo demás (para tus relaciones de amistad, tu tiempo libre, a ti misma, la escuela, la familia)”.
La psicóloga y terapeuta insistió en que al igual que en la violencia conyugal, en el noviazgo, una joven puede encontrarse atrapada en el ciclo de la violencia, el cual se compone por el aumento de tensión en el que se presentan discusiones, silencios, chantajes, insultos; la explosión en esta etapa se presentan los gritos, insultos, golpes, humillaciones por el novio, incluso se llega a forzar a la novia a tener relaciones sexuales.
Posteriormente viene la etapa de la reconciliación donde se presenta el arrepentimiento del novio, hay muestras de amabilidad y amor, le hace regalos, en esta última etapa la joven se engancha nuevamente en la relación. Se siente necesitada, valorada y asume que ella es responsable de la violencia y cree que él cambiará.
Flores Ochoa explicó que la violencia sexual es muy frecuente, en donde se presiona a la jovencita a tener relaciones sexuales, y para muchas de ellas resulta ser su primera vez, “muchas acceden a las presiones de la pareja, bajo el argumento de ‘es para que me demuestres tu amor’, ‘si no lo haces, no me quieres’, ‘voy a buscarme a alguien más porque tú no quieres’, no te va a pasar nada, me voy a casar contigo’, ‘yo te amo, vas a ser tú la única para toda la vida’…”
En ese sentido mencionó que otro punto es que cuando hay jóvenes que han tenido varias parejas sexuales, “muchas veces hasta ellas mismas se desvalorizan, los muchachos creen que como ha tenido muchas parejas, les sirve para hacer lo que quieren, y tampoco va por ese lado, deben saber respetar a las chavas, independientemente de que hayan tenido una o varias parejas”, agregó.

VIOLENCIA Y SUS TIPOS
La violencia se define como un acto intencional, que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otra persona. Casi siempre es ejercida por las personas de mayor jerarquía, las que tienen el poder en una relación: padre y/o madre sobre los hijos y las hijas, los y las jefas sobre los y las empleadas, los hombres sobre las mujeres, los hombres sobre otros hombres y las mujeres sobre otras mujeres.
Cuando hay insultos, gritos, palabras hirientes u ofensivas, amenazas, descalificaciones, humillaciones, piropos que causen la molestia, etcétera, estamos ante la existencia de violencia verbal.
Por otra parte cuando ciertas actitudes dañan la estabilidad emocional, afectando la personalidad, la violencia se cataloga como psicológica. Aquí se destacan las prohibiciones, coacciones, amenazas, condicionamientos, intimidaciones, acciones de abandono, que provocan gran ansiedad y angustia, siendo irreparables.
También existe la violencia económica, esta es una de las formas más sutiles de violencia, que consiste en el castigo a través del control del dinero o de los bienes materiales.
La violencia física se hace presente cuando hay actos de agresión intencional en los que se utiliza cualquier parte del cuerpo, algún objeto, arma o sustancia, con la finalidad de sujetar, inmovilizar o causar daño a la integridad física de otra persona, generalmente más débil. Incluye empujones, bofetadas, puñetazos, puntapiés, etcétera.
La violencia sexual se define como aquellas conductas que dañan la intimidad de la persona, no importando se edad ni sexo. Se realiza contra cualquier persona sin su consentimiento, quebrantando la libertad y dañando su desarrollo psicosexual, generando inseguridad, sometimiento y frustración, y pueden ser: prácticas sexuales no deseadas o que generen dolor, exhibición de genitales sin consentimiento del espectador, roces eróticos son el consentimiento de la persona.
Todo acto violento donde se discrimina a una persona por su sexo, se ejercen amenazas, privaciones arbitrarias de la libertad (ya sea que ocurran en la vida pública o en la privada), que tengan como consecuencia un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer o hombre por el sólo hecho de serlo, se le denomina violencia de género.
La violencia familiar es todo acto abusivo de poder u omisión intencional que tiene el propósito de causar daño, dirigido a dominar, someter, controlar o agredir de manera verbal, física, psicológica, sexual, económica da cualquier miembro de la familia, dentro o fuera del domicilio familiar.

CIFRAS EN EL PAÍS
En los últimos tres meses de 2007 el Instituto Mexicano de la Juventud realizó la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo 2007, con la ayuda del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En ella se entrevistó a más de 7 millones 100 mil jóvenes solteros de entre 15 y 24 años que habían tenido relaciones de noviazgo en ese año. Como resultado se obtuvo que el 15 por ciento de los jóvenes entrevistados (poco más de un millón) han experimentado algún incidente de violencia física en sus relaciones de noviazgo. Asimismo 76 por ciento han sido víctimas de violencia psicológica.
Cabe mencionar que del total de los entrevistados que han sido víctimas de violencia sexual, dos terceras partes son mujeres.
En cuanto a antecedentes de violencia intrafamiliar, lo que podría explicar la idea de que la violencia es un ejercicio natural para resolver conflictos, 21.3 por ciento de los jóvenes declaró que en su casa había insultos. Cerca del 10 por ciento señaló que en sus hogares hubo presencia de golpes.
Los resultados de la encuesta muestran que existe una relación entre las adicciones al tabaco, alcohol u otro tipo de drogas con las conductas violentas.
La encuesta demuestra que los jóvenes tienen conocimiento sobre los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual, pero no usan la información para evitar el contagio de éstas últimas o para prevenir embarazos no deseados.

EN COLIMA
El Centro de Apoyo a la Mujer, Griselda Álvarez A.C., en una muestra de los últimos años con respecto a las mujeres atendidas, afirma que, “el 25 por ciento de las mujeres que han acudido, nos relatan haber vivido violencia en el noviazgo. De este porcentaje el 24 por ciento, dicen haber vivido violencia física, el 71 por ciento violencia psicológica, y el 5 por ciento violencia sexual”. Ante esto lo más preocupante, dijo la psicóloga Martha Lucia Flores Ochoa, es que a pesar de lo que vivieron, las víctimas continuaron su vida al lado del agresor.
Por su parte Martha Licea Escalera, secretaria general del Consejo Estatal para la Prevención y Atención a la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI), relató que el 40.6 por ciento de mujeres atendidas, manifestó que el maltrato por parte de su pareja inició desde la etapa del noviazgo; es decir antes de contraer matrimonio o de vivir en unión libre ya eran violentadas de manera cotidiana.
Lo anterior, indicó Licea Escalera, es información derivada de la primera entrevista que se realiza a las víctimas cuando acuden al centro. Es en base a los registros que se tienen desde el año 2000 y a la fecha.
Asimismo detalló que en ese contexto se encontró que el 25 por ciento de las entrevistadas tiene entre 1 y 6 años de vivir con la pareja que las agrede; un 22.8 por ciento ha vivido con la persona que la maltrata entre 7 y 12 años; en tanto quienes tienen entre 13 y 18 años cohabitando con su agresor representan un 16.9 por ciento. El 11.5 por ciento ya tiene de 19 a 24 años viviendo con su pareja. El 8.5 por ciento han convivido con su pareja violenta a lo largo de 25 a 30 años. Y el 5.8 por ciento han estado con su agresor entre 31 y más de 49 años.

ACCIONES PARA COMBATIR
LA VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO
Martha Lucia Flores Ochoa resaltó que hay mucho por hacer, todo parte de la prevención, de impartir la información pertinente, pidió que, hay que desechar esos tabúes y dejar de decir – a mi hija eso no le sucede, mi hijo no hace eso, él es un amor. “Las inequidades que existen ir rompiéndolas, saber que valemos lo mismo y que un hombre no tiene por qué violentar a una mujer, ni una mujer violentar a un hombre”.
Lamentó que las personas cercanas a la persona violentada o al agresor, decidan en la mayoría de los casos mantenerse al margen de la situación de la que son testigos, “por ejemplo las amigas, nunca saben que decirle a la amiga que está siendo violentada, no encuentran de qué manera ayudarla porque no hay una cultura de prevención, todavía se cree que la violencia es de las personas casadas, adultas, pero no entre las chavitas”.
Asimismo sostuvo que la actitud de los amigos del hombre agresor, es muy permisiva, “dicen, bueno allá él sabrá, pero nunca le dicen que lo que está haciendo está mal”.
Por otra refirió que fue en el 2008 que se trabajó en las secundarias de Cuauhtémoc, Comala, Villa de Álvarez y Colima, llevándoles platicas en las que se les brindó a los jóvenes información sobre la violencia en el noviazgo y la violencia sexual en el noviazgo. “Tenemos ese programa, actualmente ya no hemos ido a las escuelas, pero sí tenemos información para los profesores, tenemos información para los chavos, tenemos personas capacitadas, así que quien quiera puede acudir a nosotros y aquí los orientaremos”, concluyó.


*Reportaje publicado en Diario de Colima, domingo 11 de septiembre 2011, bajo el título de Muchas mujeres sufren violencia en el noviazgo.

domingo, 10 de julio de 2011

Recuperando la luz

Nalleli Patricia Falcón Álvarez

Tras 20 años de matrimonio se apagó la luz para Luz. La burbuja dentro de la que había vivido los últimos años se había roto. La realidad la golpeaba de frente y sin avisar. Con la voz cortada y las palabras a medio articular Luz compartió su experiencia antes de llegar al centro de ayuda, “yo llegué aquí después de ir a pedir una pensión alimenticia que me fue negada en otro lugar. Me encontraba desesperada, necesitaba el dinero para ayudar a mis hijos”, dijo.

Luz tuvo una infancia feliz, creció viendo a sus padres unidos y felices. Y una vez que llegó el momento de casarse pensó que así sería su vida: formaría una familia y sería feliz para siempre. No fue así, y es en el Centro que le han enseñado a desprenderse de las cosas y comenzar a ver por ella misma, “he aprendido que nada es para siempre, que así como un día empiezan las cosas, así terminan”.

Los primeros 10 años de matrimonio todo parecía ir bien. Eran felices. Hasta que un día su marido decidió comenzar una relación con otra mujer. “Ojos que no ven, corazón que no siente” se decía así misma Luz. Pues la otra en cuestión vivía en un lugar lejos de su hogar. Las cosas comenzaron a cambiar, algo se había roto, “ya nada era como antes, las relaciones íntimas ya no eran lo mismo, él llegaba y se satisfacía y no me preguntaba qué era lo que yo quería”. 

"Llegó el día que me pidió que nos cambiáramos, y fue que nos venimos a Colima. Al año de que llegamos aquí, comenzó a decirme que cuando encontrara a alguien mas me iba a dejar, yo le daba por su lado. Al poco tiempo lo encontré con alguien más. Le reclamé. Lo corrí de la casa. Fueron tiempos muy difíciles. Fue mucho el desgaste psicológico". 

Luz está cumpliendo cinco años de haberse separado, un divorcio al cual define como obligado, “mi marido me pidió el divorcio a cambio de la estabilidad (económica) de mis hijos. Me dijo -consigue al licenciado, yo voy a pagar-. Lo pagó y todo y en dos meses yo estaba ya divorciada. Me ha dolido tanto esta separación. No he podido superarlo, por eso estoy aquí”. Comentó que fue mucho el desgaste emocional sufrido, para poder firmar el acta de divorcio tuvo que tomar pastillas tranquilizantes.

Hoy en día sigue necesitando de un "soporte" como ella lo llama y es por eso que el grupo de ayuda al que asiste ha cumplido con esa misión. Han regresado a ella las ganas de salir adelante,de seguir luchando.


*Imagen tomada de tampocoespatanto.blogspot.com

domingo, 17 de abril de 2011

Domingo de Ramos

Por: Nalleli Patricia Falcón Álvarez

Con el Domingo de Ramos da comienzo la Semana Santa. En este día la Iglesia Católica recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén. Este domingo resume dos puntos fundamentales de la Pascua: La Pasión y Muerte de Cristo y su Resurrección.

La Biblia menciona que cuando Jesús llegó a Jerusalén, la ciudad más importante, para celebrar la pascua, Jesús les pidió a sus discípulos traer un burrito y fue montado en él que entró a la ciudad. A su paso había mucha gente, algunos de ellos habían presenciado sus milagros, otros tantos habían escuchado sus parábolas. Lo recibieron como sí el que estuviera llegando fuera un rey, lo alababan con palmas en las manos.

17 de abril Colima, Colima
11:30 am Se reúne la gente a las afueras del Templo de Nuestra Señora de la Merced. Entre cánticos y un fuerte olor a incienso aguardan a que el Sacerdote dé la orden de comenzar la procesión.

11:40 Salen en procesión rumbo a la Catedral Basílica Menor. Todos con palma en mano. Con la garganta despejada para poder cantar. Y con el sol a todo lo que da cayendo sobre sus cabezas.





 


 Mientras tanto en la Catedral sigue la venta de palmas, las hay de todos tamaños, diseños y precios.



11:55 am Después de recorrer parte de la Ave. Madero de la ciudad, llegan a la Catedral.




12:00 pm Dio comienzo la misa. En la que se recordó el por qué de la celebración, y lo que vivió Jesús antes y después de morir crucificado en la cruz.


miércoles, 13 de abril de 2011

Nomás 2100 pesos

Por: Nalleli Patricia Falcón Álvarez

Sentada espero mi turno para ser atendida, somos cuatro en la misma situación . Ruidos típicos de oficina son los que llegan a mis oídos y una que otra risita indiscreta. Minutos más tarde se sienta a mi lado una mujer de aproximadamente 55 y 60 años. Comienza la plática con las ahi presentes como sí fueran amigas de toda la vida:
- ¿También están esperando?- dice mientras sonríe - Hay Dioscito, qué ya llegué este señor- continua, las demás la miran de manera rara, yo lo hago también.

Frente a mi un par de señoras platican, de qué, no lo sé pero segura estoy que es una conversación muy interesante porque por más que alza la voz mi vecina de espera no logra captar su atención.

-¿Tú también estás esperando? ¿vienes a que te ayuden?- me dice. - No - contestó. - Yo vengo a ver si este hombre me ayuda a pagar unos pesitos que debo, mira- sigue hablando mientras me muestra un comprobante en el que veo anotada una cantidad considerable de dinero. -Es que mi hijo está en la penal y me piden 2100 pesos pa' que lo dejen libre. -¿Qué hizo su hijo?- pregunto. -Ps nomás quebró un vidrio. Pero no es malo mi hijo, bueno no es tan malo, pero es que le estaban pegando y ps pa defenderse les aventó unas piedras y por eso quebró un vidrio. -¿Y cuántos años tiene su hijo señora?- le sigo preguntando. - Está chico, va cumplir 30, bueno no está tan grande, apenas va madurando. Pero nomás por un pinche vidrio que quebró- dice en busca de justificar las acciones de su hijo.

Se para, se sienta, se vuelve a parar, hace de sus manos un nudo, agacha la cabeza buscando encontrar una respuesta a sus problemas. -Estoy desesperada, no sé que voy a hacer si no me ayudan,- dice y al mismo tiempo que saca de su bolsa una gargantilla continua, -vengo de con el joyero porque me habían dicho que está cosa era de plata y que mínimo me daban 200 pesos por ella, pero la vio el joyero y que me dice, anda vete con tu collar que no es de plata- lo vuelve a guardar y se ríe consigo misma.

Ya con confianza establecida y a punto de romper en llanto esta mujer pregunta, - ¿verdad que un marido no le debe pegar tanto a su mujer? A tal cuestionamiento las presentes no podemos más que poner cara de sorpresa. Una de las señoras le dice que bajo ninguna circunstancia debe permitir que la agreda. El que debería estar en la cárcel es él, le dice otra. Ya  hubiera presentado una denuncia, aconseja una más. Ella contesta que ya lo hizo una vez y logró que lo encarcelaran.

Llegó el turno de Socorrito, así dijo llamarse, y la platica tuvo que interrumpirse. Se despidió de nosotras dejando en mi persona dos situaciones que están dando vueltas en mi cabeza:
1.- El grado de violencia del que es victima por parte de su pareja (violencia física, psicológica y demás). Y que es conciente de la situación y permite que siga pasando. Confeso vivir con él desde hace casi treinta años sin estar casados y además no es el padre de su hijo.
2.- El nivel de sobreprotección que ejerce en su hijo. Que como bien dijo ella es su hijo y siempre hará lo que tenga que hacer para defenderlo a pesar de los malos ratos y dolores de cabeza que siempre le ha hecho pasar. Pero es aquí en dónde me detengo a pensar sin hacer juicios de ningún tipo. No soy mamá pero entiendo ese instinto de protección que tienen. Pienso yo, qué no estaría bien que sí cometió una infracción pues que pagué por ella, digo es una persona adulta que se comporta con un adolescente. A manera de escarmiento y corrección de conductas.

viernes, 8 de abril de 2011

Casada con Buda (Wo de Chan)

Amor, sexo, tradiciones, reencuentros
Por: Nalleli Patricia Falcón Álvarez

Casada con Buda es una novela de la autoría de la china Wei Hui, publicada en el año 2005. Titulada en su idioma original Wo de Chan es una traducción al español de Ainara Munt Ojanguren y Xu Ying. Historia situada en la época actual, con un toque semi autobiográfico, es la continuación de la novela Shangai Baby.

Obra llena de descripciones, me pareció estar en un viaje completo por Beijing, New York, Buenos Aires y Madrid. De regreso a Beijing fue toda una experiencia conocer parte de las costumbres, saborear los platillos típicos y ser testigo de la fusión de pensamientos occidentales y orientales que sufre la protaginista. Esta novela es una clara representación del pensamiento confuciano “Comer, beber, amar: he aquí los mayores deseos de la humanidad”.

Personajes principales de la historia: Cocó Chanel (Zhi Hui “sabiduría”), Muju (pareja de Cocó), Xi’er (mejor amiga de Cocó), Zhusha (prima de Cocó), Jimmy Wong (amigo), Xing Kong (viejo monje de Putuoshan), Nick (neoyorquino inquietante), padres de Cocó y otros personajes que aparecen a lo largo de los 34 capítulos de la historia.

La historia se centra en la vida sentimental y sexual de Cocó, una famosa escritora china que ha causado gran controversia con sus publicaciones debido a su contenido de tipo sexual. Después de haber terminado con Muju su pareja, Cocó regresa a China, a partir de ese momento es que se da comienzo a la narración de los hechos.

Es por medio de retrocesos en la narración que Cocó nos permite descubrir cómo fue que conoció a Muju, todo lo que pasó en su relación y cuáles fueron las posibles causas que originaron su ruptura. Además nos hace participé de las preocupaciones de su padre por ser ella una escritora (profesión que implica alto riesgo en China), nos permite conocer su vida en New York, sus viajes, sus gustos, sus amigos, etc. Y es ese ir y venir en el tiempo lo que hace amena la lectura e imposible de no seguir leyendo.

Sumida en la depresión y unos cuantos días de su llegada a China, y ante las insistencias de su mejor amiga Xi’er, decide salir y como consecuencia de esa salida Cocó tiene un encuentro sexual con un chico de quince años; consciente de lo que hizo no puede evitar sentir culpa, siente que traicionó a Muju. Después de ese acontecimiento decide salir de Shangai, así que se va a la isla en la que había nacido. Ahí conoce a Xing Kong (Maestro de naturaleza vacía) un monje de 102 años y que fue testigo de su nacimiento hace varios años atrás. Es con la ayuda de él que es capaz de analizar las cosas, entender sus propias emociones y encontrar la tranquilidad que hacia mucho tiempo necesitaba.

Cocó conoció a Muju en New York, él es un japonés con raíces italianas con el que inició una relación llena de atracción, pasión y complicidad. Cabe señalar que Muju era un hombre divorciado. Al principio ella no prestó demasiado interés en él pues de acuerdo con rencores históricos, a los chinos no se les permite simpatizar con japoneses y viceversa, pero fue sólo por un instante ya que como lo dice la misma Cocó: “Parecía que el aire que fluía entre ambos provocaba una especie de reacción química. No sabía si era por su risa, por sus palabras o por las miradas descaradas que me dirigía”. 

Después de varias llamadas telefónicas y correos electrónicos, se dio su primera cita. Algo inesperado pasó en ella, pues él se presentó con un regalo, no fue lo típico que suelen regalar los hombres a una mujer, Cocó acababa de recibir un humificador, ante esto ella no pudo evitar reír. Fueron detalles como este los que atraparon a Cocó, definitivamente era un hombre de esos de los que se deben conservar. 

Y fue así que comenzó su historia de amor, una relación gracias a la cual Cocó logró dejar atrás sus adicciones antiguas (fumar, beber y los sedantes), para adquirir una nueva: el mismo Muju, “Mi valor y mi confianza se los debía a Muju. Aunque, visto desde otra perspectiva, tal vez él se había convertido en una adicción nueva para mí; una adicción espléndida y espectacular que quizá hiciera pasarme el resto de mi vida, e incluso mis vidas futuras, intentando deshacerme de ella”. 

El sexo en esta relación era un aspecto muy importante, en el que ambos encontraban satisfacción y complementación. “Me lleva al éxtasis, a un estado en el que deseo tanto la muerte como la inmortalidad. Su habilidad es única, y lo más adictivo es su capacidad de expandir una gran energía bajo una apariencia tranquila y apacible”. 

Muju es un hombre ya maduro que ha vívido muchísimas cosas, hay un rasgo físico en él que a Cocó lo causaba demasiada curiosidad, le faltaba el dedo meñique de la mano izquierda. Ante este hecho Cocó se había imaginado infinidad de cosas para justificar la falta de este miembro en el cuerpo de Muju. Y fue hasta después de un encuentro sexual que supo cómo lo había perdido. “No se lo arrancó de un mordisco ninguna mujer enloquecida de amor, ni se lo cortó el marido celoso de una amante. Tampoco fue fruto de un accidente de coche… Muju se había automutilado”. Fue en su juventud cuando era rebelde, y fue que conoció a un anciano que le cambió la vida, a quién decidió tomarlo como maestro y seguirlo por los monte, pero él hombre no quiso y para demostrarle que él hablaba enserio decidió cortarse el dedo. 

“Muju empezó a enseñarme a cómo sentarme a meditar al estilo taoísta y taichí”. Esta situación causaba sentimientos de comicidad en Cocó pues en palabras de ella resultaba gracioso que una joven impetuosa y con sed de experiencias, que era acusada en su país natal de ser una esclava de la cultura occidental, y que había encontrado el amor en New York, denominada como la ciudad más cruel y capitalista se viera a sí misma ahora “aprendiendo las antiguas técnicas chinas de autoperfeccionamiento de hace dos mil años de manos de un hombre japonés; aprendiendo a dejar que esos espíritus errantes regresen después de exiliarse de su país natal, a dejarlos filtrarse en mi torrente sanguíneo y en mi alma, como una ave nocturna que no encuentra ninguna rama en donde posarse”. 

Había tantas características, tantos detalles, tantas situaciones, tantos momentos que hacían de Muju la única necesidad de Cocó. Cosas que antes ella no deseaba o veía lejanas en su vida, después de conocer a este hombre comenzaron a rondar en su pensamiento, por ejemplo el hecho de querer casarse y tener hijos. Pero también es cierto que Cocó tiene un carácter un tanto explosivo, no es capaz de cocinar y es desorganizada y estos son aspectos que crean algo de conflicto en su relación, y más aún después de que toman la decisión de intentar vivir juntos. 

Cocó estaba promocionando su novela y a punto de comenzar a escribir la siguiente. Como parte de su gira de promoción tiene que viajar a España y posteriormente a Argentina, Muju no puede acompañarla desde un principio así que la alcanzará en Buenos Aires. Y es en España dónde se encuentra con Nick, un rico y atractivo neoyorquino al que había conocido una noche que salió con su prima allá en New York y con el cuál se creo una química especial. Es mucha la fuerza de voluntad la que tiene Cocó para no ceder ante el deseo. Nada pasa en España, ellos se despiden, él le hace la promesa de que se volverán a encontrar y ella vuela a Argentina. 

Muju alcanza a Cocó en Buenos Aires y es en este lugar donde sucede la ruptura, Muju es directo y “cruel” en sus comentarios con respecto al comportamiento de Cocó, y ella no lo soporta, no discuten, simplemente ambos son conscientes de que algo ha ocurrido, regresan a New York. De regreso en casa Cocó toma la decisión de alejarse de él, y ella viaja a China. 

Es en Shangai que se reencuentra con su mejor amiga Xi’er con quién tiene una fuerte relación, parecida a la de una hermandad. Después de haber estado varios días en la isla de Pushoan, regresa a Shangai y se reencuentra con Nick y después de resistirse a la tentación cae presa de la pasión y antes de que Nick regrese a New York pasa lo que tenía que pasar. 

Muju vuelve a aparecer en escena y ella lo recibe en Shangai. El buen sexo era característica en ambos, así que pues con él también pasa lo que tiene que pasar. Muju vuelve a New York y ella se queda allá. Días posteriores comienza a sentir malestares y es cuando recurre a la ayuda y al apoyo de su amiga Xi’er, ambas van al hospital en dónde le realizan pruebas y confirman su embarazo. Ahora la duda que hay en ella es a quien pertenece la paternidad, a Nick o a Muju. 

Es una novela envolvente, atrapadora y cautivante de principio a fin para mí. El alto contenido descriptivo que hay en la redacción es una característica que te hace no poder parar de leer hasta terminar el último capítulo. No es por la temática que se aborda sino por la manera en que es abordada por la autora, no cae en lo grotesco, es erotismo puro lo que se lee en las páginas de Casada con Buda. Se dice que es la continuación de Shangai Baby, pero coincido con muchas de las criticas y comentarios que se hacen de esta obra “no es necesario haber leído la primera para poder entender esta segunda, y crea en ti la expectativa de una tercera parte”. 

Sobre la autora:
Zhou Wei Hui (周卫慧), en pinyin Zhōu Wèi Hùi (Ningbo, 1973), conocida en Occidente como Wei Hui, es una escritora China. De niña viajó mucho porque su padre era militar de alta graduación. Acabó sus estudios de Filología China en 1995 en la Universidad de Fudan.
Publicó cuatro libros antes de consagrarse con su primera novela larga, Shanghai Baby (上海宝贝) (2000), que vendió más de 80.000 ejemplares en dos semanas hasta que las autoridades chinas la prohibieran por decadente, viciosa y esclava de la cultura extranjera. Aún así, los ejemplares piratas de la novela la convirtieron en la autora más leída en China. La obra, semi-autobiográfica, narra la historia de Coco, una joven china aspirante a escritora. Ha sido publicada en 45 países y traducida a 34 idiomas. La película homónima con guión de la autora fue dirigida por el director y productor alemán Berengar Pfahl y protagonizada por la actriz china Bai Ling.


Ficha Bibliográfica: 
Wei Hui. Casada con Buda. Emecé Editores. Traducción del chino al español por Ainara Munt Ojanguren y Xu Ying. España, 2005.

Fuentes consultadas:
Biografía de la autora http://es.wikipedia.org/wiki/Zhou_Wei_Hui
Imágenes: http://about7th.blogspot.com
www.unmundodecine.com
www.chinablaetter.info

jueves, 24 de marzo de 2011

Talpa de Allende: Fe, historia, colores y sabores

Por: Nalleli Patricia Falcón Álvarez
-¿Te vas a bajar o te quedas?- me pregunta mientras se acomoda la chamarra que lo protegió del frío la noche anterior. -Tú eres el que conoce aquí- contesto mientras pienso para mi -¿que si me voy a bajar? ni modo que me quede acá sola, se supone que vine contigo- Me pongo los zapatos, tomo mi bolsa y lo sigo fuera del camión.

Eran pasadas las seis de la mañana, cargaba con un sueño atrasado de hace ya varios días. Un largo bostezo acompaña mi primer respiro fuera del autobús. Después de varios segundos el frío comienza a calar, tipo de esas ocasiones en las que se te entumen los músculos, te tiembla los labios y no hay nada más reconfortante que una pequeña dosis de calor humano proveniente de un abrazo, pero nada de eso hay para mi en esta ocasión. Decenas de autobuses yacen estacionados en el amplio estacionamiento, provenientes de diferentes lugares: de cerca, de lejos y de muy lejos.

El estacionamiento sirve de campamento también, casas de campaña armadas que son refugio de aquellos que esperan el amanecer para seguir su peregrinar, hay algunos otros que, a falta de una casa de campaña, unos buenos cartones y los más gruesos cobertores los ayudan a apaciguar el feroz frío de la madrugada, otros tantos se ayudan con una buena fogata.

Emprendemos camino hacia el Templo, absortos en la plática y avanzados ya varios metros algo atrajo mi atención. A mi lado izquierdo ahí estaba la "que alumbra el callejón", la Luna nos dio la bienvenida, se había pronosticado que la noche anterior estaría más cerca de la Tierra y por lo mismo la veríamos más grande que en otras ocasiones.
Lo mejor fue verla mientras el autobús recorría la carretera, no había luces, sólo las delanteras del camión, que lograran opacar la belleza de este astro. El frío dejo de ser molesto después de caminar por varios minutos. El camino que lleva desde el estacionamiento hasta la Basílica se encuentra revestido por puestos que tienen desde la venta de piratería, sombreros, más piratería, ropa, petates, más piratería, cadenitas, dulce, chicles, recuerdos de la ciudad, más piratería.

Aún no son las siete de la mañana y es imposible entrar al Templo. Un buen cafecito hace acto de presencia, calma el frío y relaja el cuerpo, mientras esperamos turno para entrar a ver a la Patrona del lugar. Sorbo algo de mi café, y como me pasa a menudo, me quemo la boca, hago a un lado el vaso de café y me dispongo a observar: puestos de más comida, de yerbas aromáticas y dulces en almíbar; hay gente que ha acampado en el jardín de la Basílica, familias que comparten un pedazo de cartón y una cobija, pequeños que se encuentran escondidos dentro de montañas y montañas de zarapes; en alguna parte de la plaza se escucha música dedicada a la Virgen, a lo lejos se escucha el arribo de una danza (apaches vestidos con diminutas ropas, que hacen pensar que la Fe los ayuda a soportar el frío). Me termino mi café y me indican que es hora de acercarnos a la entrada para lograr colarnos y recibir la bendición.


Lo propio es hacer fila por la puerta principal, hacemos trampa y nos colamos a la fila. Una combinación de olores llegan a despertarme por completo (sudor de no sé cuantos días de añejamiento); voces, risas, llantos, murmullos de todo se escucha, reina la voz del sacerdote que no para de hacer la recomendación de cuidar las pertenencias en momentos de aglomeración pues señala que hay personas que acuden a estos eventos con el único objetivo de robar, ante esto no puedo evitar pegar más a mi cuerpo mi bolso.


 El apretujadero no se hace esperar, paso a pasito avanzamos, pegaditos unos con otros, ejerciendo un poco de presión, pues todos quieren llegar al altar. Con imágenes en mano, con cristos pegados al cuerpo, ramos de manzanilla por lo alto, todos atienden las lecturas del misal. Aunque hay algunos que aprovechan el poco espacio existente entre cuerpo y cuerpo para hacer de las suyas, la pareja que está a mi izquierda no pierde el tiempo: una que otra palabra juguetona al oído (me supongo por el reaccionar de la chica), una mordida en la oreja, y de ahí un pequeño recorrido por la parte trasera del cuello con la lengua. Pienso para mi - Si mi abuela viera esto ya le habría dado un infarto- río para mi, y vuelvo la vista la frente.

Alrededor de 45 minutos duró nuestro recorrido de la puerta principal al altar, recibir la bendición de Sacerdote y salir por una de las laterales de la Iglesia. Sin escuchar antes por última vez la recomendación del Padre con respecto a los amantes de lo ajeno.

Vino después una pequeña visita al museo levantado en honor de la Virgen. En el cual se puede encontrar una pequeña reseña de como se edificó la Basilica y de como se adoptó a la Virgen como patrona del lugar. Se dice que en el año de 1644 una imagen de la Virgen María desfigurada y carcomida por el tiempo había sido destinada por un párroco a ser enterrada en un pozo. Y antes de que eso sucediera, ésta se renovó milagrosamente, tal orden seria llevada a cabo por una jovencita llamada María Tenanchi "Y llegó María a coger dicha imagen, fue tan grande el resplandor que salió de la imagen, que deslumbró y María  cayó como muerta". Lo anterior fue corroborado por indígenas del lugar y a partir de ahí se habla de la renovación de la imagen. Numerosos milagros son los que han colmado de popularidad a la Imagen y hacen que año con año miles de creyentes acudan a visitarle. Los peregrinos acuden a Talpa principalmente en cuatro grandes fiestas religiosas: el 2 de febrero, en que se celebra el Día de la Candelaria; del 11 al 19 de marzo, durante el novenario a Señor San José; en Semana Santa y el 12 de mayo, durante la coronación a la Señora del Rosario.

Después de un desayuno en el parque, vino la caminata de subida al Cristo Rey, debo confesar que es en este tipo de circunstancias en las que desearía haber practicado más los 30 minutos de caminata recomendados por todos lados, con los intestinos a punto de ser expulsados por mi boca, intento cualquier cosa para poder descansar un poco, - ¿Mira de qué es esa capillita?- digo con la esperanza de poder hacer una pausa y retomar la respiración, - nunca he entrado ahí, vamos- continuo. - De regreso llegamos, para no perder el ritmo- me dice mi compañero de viaje mientras me toma de la mano, obligándome a acelerar el paso cuesta arriba.

Calor de medio día, el sol a todo su esplendor, vientecito que sabe a gloria después de haber subido. La mayoría busca un refugio bajo la poca sombra que se puede encontrar. Unos cuantos se tiran en el suelo mientras recuperan la temperatura normal de su cuerpo, así como el ritmo del corazón. Otros visitan las imagenes presentes. Unos más aprovechan la ocasión y el lugar para tomarse la foto del recuerdo. Los pequeñines hacen uno que otro berrinche a causa del insoportable calor. El regreso es más sencillo y aún más fácil si para calmar el calor te tomas una cervecita, es como volver a la vida en medio de un sauna.

La hora de las compras llegó, puestos y puestos y más puestos repletos de dulce de guayaba en varias presentaciones y diversos precios. Los hay desde tres rollitos por 20 pesos, rollo de kilo por 20 pesos, relleno de cajeta por 25 pesos, la docena de chicles a 10 pesos. Los escapularios, las lámparas, las flores, los rosarios, los llaveros, las estampas relacionados con la Virgen y con otros santos. Pero también infinidad de artículos que nada tienen que ver con la religiosidad del lugar.

Después un largo pero agradable día llegó el momento de descansar un poco bajo la sombra de los árboles del parque, antes de volver a subir al camión que nos llevaría de regreso a casa. Lo siguiente después de abordar el autobús fueron siete horas más, destinadas a achatar lo que ya está más que achatado. : )